miércoles, 10 de diciembre de 2008

El cholo emo

Vuelvo a presentar un clásico de ayer y hoy: el cholo emo. Cuando escribí este poema, hace dos años, el cholo emo no era una vista común en nuestra sociedad. Simplemente tomé por ejemplo el emo gringo y mi cholo darling, y en un mash-up tropical salió este poemilla. Ahora que es una realidad, hay que revisitar nuestras raíces.


Hace un par de años,
cantaba Blink en castellano.
Hace más años,
cantaba Salserín en mi cuarto.
Pero eso es un secreto,
si me preguntas ahora
qué musica escuchaba
en esa época,
te diría Radiohead.

Harto ya de acosar
gringuitas del hi5
con rosas de ochos y ceros;
navegué en mi silla de plástico
de cabina/chifa/peña criolla.
Y llegué a myspace
y vi gente chévere,
que escuchaba música en inglés,
y hablaban medio en inglés;
pero como en la canción de Bacilos:
su reflejo veía en mi piel.

Por el rimmel que se chorrea,
mi nombre habla de
lágrimas negras,
cayendo por encima
de mi corazón destrozado.
Mi mamá ya aceptó
lo del delineador,
y mi papá ya no me dice infeliz.

Me dejé el pelo largo y chuto,
me lo pegué a la frente.
Me puse un arete negro,
y me llené de pins.
Le compré a un pata sus all-star,
pero eran de polvos.
Y ahora en myspace
le digo a todos “hey amix”.

Si un día me ves en la combi,
mientras le mento la madre a mi ex
escuchando Dashboard,
pensarás: “y este huevón?”.
Pero no,
soy diferente,
soy especial.
No soy cabro.
Soy el cholo emo.

1 comentarios:

Pierre dijo...

xDDDDDDDDDDDDDDDD
que idolooooooooo que eresssssssssss